Mitos sobre la alimentación de los perros
La propagación de ciertas creencias sin fundamento mediante el boca a boca ha influido durante largo tiempo en la forma de alimentar a los animales.
También, las interpretaciones desacertadas sobre algunos estudios científicos han avivado los bulos acerca de la alimentación canina.
Son leyendas que, no se sabe cómo, muchas personas siguen, sin pararse a pensar si son o no ciertas.
Como lo mejor es curarse en salud, ante la sospecha de que haya algo que podamos estar haciendo mal, lo mejor es acudir a la consulta del veterinario para que nos despeje las dudas.
En este post te ayudaremos a detectar y desterrar algunos de los mitos más comunes que aún persisten sobre la alimentación de los perros.
7 MITOS SOBRE LA ALIMENTACIÓN CANINA
Toma buena nota sobre estos siete mitos, que aún permanecen en el subconsciente colectivo y que, por el bien de nuestros peludos, debemos aclarar.
1. Los aceites vegetales y el huevo crudo ayudan a los perros a mantener su pelaje brillante
Si alguna vez, alguien te dice que le des a tu perro un huevo crudo y una cucharada de aceite de oliva diarios para que su pelo gane en brillo, piensa en una verdad a medias.
Es cierto que la yema cruda de huevo es rica en vitaminas, minerales y proteínas, que puede ayudar a mejorar el aspecto del pelaje canino, pero también es verdad que la clara contiene una enzima, llamada avidina, que en grandes cantidades interfiere la absorción de la biotina (una vitamina esencial para el organismo).
El pelaje brillante del perro se asegura, sobretodo, con una dieta equilibrada, rica en proteína animal de calidad y que contenga ácidos grasos omega 3 y 6; sin olvidar cepillarlo regularmente y bañarlo cuando convenga, dependiendo de la raza y del entorno en el que viva.
2. La leche es buena para los perros después del destete
Es natural que a los cachorros les guste la leche y que, tras el destete, pensemos que debemos continuar dándosela en su cuenco.
Pero la leche de continuación, que vendría a ser la de vaca, no es recomendables para los perros jóvenes y adultos, ya que en estas fases carecen de la enzima lactasa, capaz de degradar la lactosa para ser digerida.
Por tanto, hay que evitarles la leche si queremos protegerlos contra diversos trastornos digestivos, tales como flatulencias, vómitos y diarrea.
Si deseas hidratar algún alimento apto para tu joven perro, como unas croquetas, no lo hagas remojándolas en leche, sino en agua; así tendrán todas sus propiedades y serán más digestivas.
3. La levadura de cerveza repele a las pulgas
¿Mezclar levadura con el pienso de nuestro perro para ahuyentar a las pulgas? Este es otro de los mitos que aún persisten relacionados con la alimentación canina.
La creencia arranca de diversos estudios en los que se quiso demostrar que la tiamina o vitamina B1, presente en la levadura y administradas por vía oral, suponían un eficaz repelente contra ciertos parásitos externos, como las pulgas. Pero aquellos experimentos carecían del rigor y de los controles necesarios.
Más recientemente, y con las condiciones adecuadas, se comprobó la ineficacia de la levadura para combatir a las pulgas y a otros parásitos externos.
Por suerte, la administración de la levadura vía oral no supone ningún perjuicio para los perros, ya que el exceso de vitamina B1 es hidrosoluble y puede eliminarse por la orina.
4. Los perros pueden comer lo mismo que los humanos
Los perros no deberían comer todo lo que comemos los humanos, porque tienen un sistema digestivo diferente al nuestro. Ni sus costumbres ni sus necesidades son iguales a las de las personas y no necesitan las mismas cantidades de vitaminas o de minerales.
Tienen un intestino más corto, por lo que no son capaces de digerir correctamente muchos de los ingredientes, condimentos y alimentos que nosotros consumimos. Por estas circunstancias físicas, son esencialmente carnívoros y a la vez pueden ingerir un porcentaje menor de vegetales.
Todo lo dicho no significa que no podamos darle a nuestro perro un alimento concreto en algún momento puntual. En este caso, hay que controlar el exceso de sales y azúcares, que son muy perjudiciales para el sistema digestivo canino, por su dificultad para metabolizarlos.
Para no darle a tu perro ningún alimento que le perjudique, es buena idea pedirle al veterinario una lista de las sustancias vetadas y otra de los alimentos recomendables.
5. Hay que variar la alimentación de los perros
Por defecto, los perros no necesitan cambiar su alimentación para estar bien nutridos.
Al contrario, lo ideal para la salud de su sistema digestivo es poder tomar diariamente la dieta recomendada por el veterinario, de acuerdo a la edad, raza, peso y circunstancias físicas y ambientales.
Y es que los perros no tienen la capacidad que tenemos los humanos de adaptarnos a los continuos cambios de dieta.
A diferencia de las personas, los canes poseen una flora bacteriana limitada y esto hace que los cambios bruscos puedan originarles diversos trastornos, como diarrea, vómitos o flatulencias.
Las variaciones aconsejadas por nutricionistas acostumbran a coincidir con las diferentes etapas de la vida canina y suelen hacerse de manera progresiva y controlada.
6. Es aconsejable añadir carne al pienso diario de los perros
Este mito es falso, ya que lo único que debes añadir al pienso diario de tu perro es cariño, un ingrediente que siempre sienta bien.
Hay quien añade un suplemento de carne a la dieta habitual del can, pensando que así estará mejor nutrido, pero lo único que se consigue es desequilibrarla y poner en riesgo la salud del animal.
Este hábito no tienen ningún sentido, ya que los alimentos de calidad están elaborados con todos los ingredientes que necesitan nuestros animales y en sus medidas adecuadas.
Lo que no debe faltarle a tu perro es su cuenco con agua fresca y limpia junto al recipiente del alimento.
7. No debemos privar a los perros de golosinas
Falso, por supuesto, ya que sí hay que limitar las golosinas que les damos a nuestros perros. ¿Verdad que a nuestros hijos no les damos todas las chuches que nos piden?
Durante el entrenamiento, claro que es bueno recompensarlos con premios, pero este tipo de alimento debe ser siempre esporádico y controlado.
Ofrecerles demasiadas recompensas puede llegar a desequilibrar su dieta y favorecer la aparición de trastornos digestivos.
Por otro lado, si les damos a nuestros peludos un exceso de chuches, es posible que al final dejen de verlas como un aliciente para obedecer las órdenes básicas de comportamiento.
En general, se recomienda no darles más de tres o cuatro golosinas al día, o que éstas no representen más del 10% de la ingesta total de calorías.
Pienso de alta calidad, cuidados y afecto
Lo que no es para nada un mito es que los perros necesitan una serie de cuidados que aseguren un correcto desarrollo y una buena salud.
Por eso es necesario huir de rumores y confirmar o desmentir con nuestro veterinario todas las dudas que tengamos sobre nuestros animales.
Lo que debemos tener presente siempre es que si damos a nuestro perro un alimento completo y equilibrado, de alta calidad y adecuado a sus características, no es obligatorio añadirle nada más que cuidados y afecto.