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Una de las preocupaciones más habituales de las personas que conviven con un perro es, sin duda, la salud de su animal.

Por eso, son muchos los humanos que se preguntan con qué frecuencia deberían llevar a su perro al veterinario.

A rasgos generales, los expertos recomiendan que se haga al menos un chequeo anual.

Esta frecuencia suele ser razonable, cuando se trata de animales adultos y sanos, pero puede variar según otros factores, como la edad, la raza o la historia clínica de cada perro.

Seguidamente, os explicamos los detalles, junto con unas cuantas recomendaciones. 

CHEQUEOS: IMPRESCINDIBLES, PREVENTIVOS Y PROTECTORES

Cuando de salud se trata, la prevención es una de las mejores estrategias que podemos seguir para proteger a nuestros perros.

Tras el primer examen médico, el veterinario suele programar las visitas futuras para hacer un seguimiento del estado de salud del animal.

Gracias a los chequeos periódicos, el médico detectará a tiempo posibles trastornos y prescribirá los tratamientos oportunos.

Por todo ello, los chequeos se hacen imprescindibles para garantizar el bienestar de nuestros perros. Es nuestra responsabilidad seguir la pauta indicada por el veterinario y acudir siempre a la cita programada.

Estas visitas pueden adelantarse si observamos algún síntoma extraño en nuestros perros; especialmente, cuando se trata de cachorros o perros ancianos, pues, igual que ocurre entre las personas, son las etapas más delicadas en la salud de los animales.

LOS CACHORROS Y EL NECESARIO CONTROL VETERINARIO

Cuando entra en el hogar un cachorro, una de las primeras cosas que debemos hacer es llevarlo al veterinario.

Esta visita es fundamental, ya que en ella el médico suele hacer diversas pruebas y prescribir recomendaciones esenciales.

En la consulta, el veterinario le hará una revisión completa para conocer el estado de salud del pequeño y nos dará los consejos necesarios para asegurar su bienestar físico y emocional…

Desparasitación interna, para evitar la infestación por parásitos intestinales, como las lombrices, frecuentes en estas edades; y desparasitación externa, para protegerlo contra ectoparásitos, tales como garrapatas, pulgas, piojos o mosquitos.

– Reconocimiento, para descartar posibles anomalías congénitas.

Elaboración de un programa de vacunación individualizado, pensado para proteger a nuestro cachorro frente a enfermedades infecciosas, propias de estas edades, como el moquillo o el parvovirus canino.

El moquillo canino no es tan frecuente como en el pasado, pero aún se registran casos y a menudo es asintomático y mortal; el parvovirus canino es una enfermedad muy infecciosa, que se contagia a través de las heces y que pocos cachorros superan.

– Recomendaciones sobre la educación del cachorro, para integrarlo correctamente en el hogar y evitar posibles conductas indeseadas.

– Consejos acerca de la alimentación, que mejor se adapte a las características de cada perro y asegure una nutrición correcta, equilibrada y saludable.

– Información sobre las revacunaciones necesarias, que aseguren la fortaleza del sistema inmunitario de los cachorros en sus etapas futuras.

Recordemos que la vacunación es el mejor medio de prevención que existe para luchar contra las enfermedades infecciosas. Un cachorro inmunizado podrá enfrentarse con mayor seguridad a posibles contagios, sobre todo a la hora de salir al exterior y relacionarse con otros animales.

PERROS ADULTOS: CHEQUEOS ANUALES INTEGRALES

Cuando un perro llega a la edad adulta, aunque aparentemente esté sano, conviene llevarlo al veterinario cada año para que le realice un chequeo integral.

Un perro que normalmente goza de buena salud, puede estar gestando enfermedades ocultas, como tumores malignos o trastornos cardíacos que, diagnosticadas a tiempo pueden tratarse con más éxito que no si se detectan demasiado tarde.

Hablamos de revisión integral, porque abarca el examen, entre otros, de:

– Tensión arterial

– Sistema cardiovascular

– Pulmones

– Aparato genitourinario

– Análisis de sangre, heces y orina

– Ojos

– Boca

– Oídos

– Pelaje

– Piel

– Uñas

La visita nos servirá para poner al corriente las pautas de vacunación y desparasitación que sigue nuestro perro.

Durante el chequeo, el veterinario también puede valorar aspectos relacionados con el comportamiento del perro y, en caso de detectar algún trastorno, aconsejar las pautas para resolverlo.

PERROS MAYORES, ACHAQUES Y CUIDADOS ESPECIALES

Igual que los humanos, a los perros también les llega la vejez, y con ella la aparición de determinados trastornos de salud, asociados a la edad.

En general, los perros de razas pequeñas y medianas suelen considerarse mayores cuando cumplen alrededor de 10 años; a los perros grandes, se les supone mayores a partir de los 7 años.

Hay que tener en cuenta que no todos los perros envejecen al mismo tiempo, ya que este proceso también depende de la raza, el tamaño, los cuidados que reciba, la alimentación y de otros factores, entre ellos los ambientales. 

Los perros de edad avanzada son más propensos a la bajada de sus defensas naturales, por lo que hay que ofrecerles una serie de cuidados especiales, como:

– Chequeo integral al llegar a la vejez

– Actualización de las vacunaciones

– Revisiones periódicas para detectar y tratar cualquier trastorno

– Vigilancia extrema por parte de los cuidadores

Ante cualquier síntoma anormal, debemos llevar a nuestro perro al veterinario, puesto que suelen padecer:

– Dolor

– Fatiga

– Artrosis

– Trastornos urinarios

– Desórdenes digestivos

– Dolencias cardíacas

Y como cada perro es un mundo, nuestra recomendación es que le preguntes al veterinario sobre la frecuencia con la que tu peludo tiene que volver a la consulta.

NUESTROS PERROS SE MERECEN LO MEJOR

Finalmente, conviene recordar la conveniencia de llevar a nuestro perro al veterinario a la vuelta de las vacaciones, para ver si ha contraído alguna enfermedad durante su estancia en ambientes distintos a los habituales.

La salud de nuestro perro es demasiado importante como para no seguir las programaciones aconsejadas por los veterinarios.

Cumpliendo con las visitas obligadas y detectando cualquier síntoma alarmante, estaremos ayudando a nuestros peludos a gozar de la salud y el bienestar que se merecen.