Gracias a las continuas aportaciones de nutricionistas, dietistas y profesionales médicos en general, la relación entre la forma de alimentarnos y nuestro estado de salud es algo perfectamente conocido por todo el mundo. Y esto no solo nos afecta a nosotros, sino que también incluye a los perros con los que compartimos nuestro día a día. Queremos cuidar de su salud de la misma forma que lo hacemos con la nuestra, algo lógico tratándose de un miembro más de la familia.
La primera revolución en nutrición canina: El qué.
Hace ya unos años, la nutrición canina experimentó una revolución que se concretó en la importancia de utilizar ingredientes naturales de calidad; priorizar que estos fueran frescos; asegurar que todas las recetas fueran completas y equilibradas con la aportación necesaria de vitaminas y minerales; o la introducción en las mismas de ingredientes naturales beneficiosos para la salud, por citar alguno claros ejemplos. Y marcas como Gosbi se convirtieron en el referente de calidad superior en comida seca y húmeda por méritos propios.
La segunda revolución: El cómo.
Más recientemente ha cobrado protagonismo un debate que está alcanzando su punto más álgido: qué técnica de cocción es la más idónea para una alimentación lo más sana y natural posible. Es destacable la aparición de diferentes tipos de propuestas, a veces antagónicas, que merece la pena analizar para su correcta valoración.
¿Una barfaridad?
Sorprende la aparición reciente de la dieta conocida como Barf, que apuesta directamente por dar una alimentación con carne (músculos, vísceras, huesos carnosos…) y vegetales (frutas y verduras) totalmente crudos Aludiendo a los instintos más primitivos y primarios de los perros. Pero el sector veterinario no ha tardado en alertar sobre los aspectos negativos que puede acarrear. Desde aspectos para tener en cuenta como la necesidad de complementar esta dieta con vitaminas y minerales para cubrir todas las necesidades del animal. Graves riesgos para la salud alimentaria del animal por aparición de patógenos en caso de romperse la cadena de frío al no tener una cocción previa. Estos avisos se han confirmado con recientes actuaciones de autoridades sanitarias bloqueando partidas de este tipo de comida en Estados Unidos, tanto para preservar la salud de los animales como también de las personas que conviven con ellos. Por no hablar también de los inconvenientes que existen referentes a nuestra propia comodidad, como el gran espacio de almacenamiento que requiere en el congelador.
Con cariño y amor no es suficiente.
En paralelo a esta propuesta, también ha surgido una tendencia que podríamos catalogar como nostálgico-vintage: comida casera para perros hecha con todo el cariño y amor. Sin duda una propuesta sugerente que nos conecta con recuerdos de nuestra infancia. Pero que está generando muchas dudas de credibilidad entre los consumidores. Poniéndose en duda incluso la personalización de cada menú según las necesidades concretas de cada animal que algunos prometen.
Además, estas opciones realizan cocciones en medios líquidos como hervir o técnicas mixtas combinadas como estofados. Y esto provoca una pérdida de nutrientes en general, especialmente vitaminas y minerales que quedan en el agua que previamente se ha añadido. Una mala noticia cuando buscamos la máxima naturalidad…
La opción para los más exigentes
Afortunadamente, el consumidor dispone de más opciones. Llegados a este punto, es muy oportuno preguntarse cuál ha sido la posición de los grandes referentes en nutrición canina actual como Gosbi. Y la coherencia con sus principios ha vuelto a dar sus frutos con Natsbi. El siguiente paso en nutrición natural canina que nace la mano de Gosbi: una propuesta propia, seria, de calidad y con todas las garantías nutricionales y alimentarias. La definición de sus características convierte a Natsbi en la auténtica referencia del mercado. Todas sus recetas contienen un 85% de carne o pescado mínimo, sin vísceras. No contiene agua añadida, por lo que preserva mejor las vitaminas y minerales. Y su cocción muy suave al vapor respeta al máximo el resto de los nutrientes y el sabor original de los ingredientes naturales, por lo que tu perro disfruta mucho más en cada bocado. Y no menos importante, la comodidad de que solo una vez abierto necesita nevera, y con seguridad alimentaria total porque es un producto previamente cocinado.
En definitiva, aunque haya múltiples ofertas en el mercado, para los más exigentes solo hay una opción real: Natsbi.