Un día llegas a casa, y al abrir la puerta ves algo en el suelo. Parecen plumas, te agachas para verlo mejor y confirmas, son plumas; pero ¿de dónde han podido salir? Decides seguir el rastro, un caminito de plumas que te lleva hasta el dormitorio. Qué raro. A medida que te acercas hasta tu cama de repente te invaden las palabras que una vez leíste en un artículo o que te contó un amigo; “¿no será capaz?”, piensas, y ¡zas! Ahí lo tienes: el cadáver de un pájaro descansa en tu almohada, esa en la que duermes y que huele intensamente a ti. Y si te sientes observado, es porque estás siéndolo: tu gato te acecha sacando pecho, pendiente de tu reacción.
Y he aquí uno más de los misteriosos comportamientos felinos que tiene la gran familia de tu gatuna mascota y que te desvelamos en este artículo. Continúa leyendo y descubre por qué tu gato te trae regalos de caza.
Un poco de historia sobre los gatos
Los antepasados de tu minino ya campaban por la Tierra hace millones de años, pero no hace más de 10.000 que los egipcios, con muy buen ojo, empezaron a usar a estos impecables cazadores para eliminar cualquier rastro de ratas, ratones y serpientes de sus preciados almacenes de cereales, inaugurando así la era del gato domesticado (o miu, como ellos los llamaban imitando su maullido).
Los egipcios adoraban a este ser protector e incluso lo llegaron a consagrar; y cuando la mascota de la familia moría, la momificaban y rodeaban de valiosos objetos, e incluso le guardaban luto afeitándose las cejas. Otro curioso (y adorable) dato es que a menudo se dejaban ratones embalsamados al lado del gato momificado para que este pudiera seguir jugando y cazando feliz por los inmensos y verdes prados en su nueva “vida eterna”.
Instinto cazador nato
Tantos egipcios y durante tantos miles de años no podían estar equivocados: los gatos son unos excelentes cazadores natos, y eso los convertía también en una figura protectora para la familia. Los mismos mininos eran conscientes de ello y lo siguen siendo; de hecho, es muy probable que tu gato te vea a ti como un ser desvalido y sin ninguna dote para la caza, así que se siente responsable de demostrarte sus habilidades como cazador. Además, se cree que con ello también practica algo que está escrito en su ADN, que es enseñar a cazar al inexperto, como hacen las madres con sus crías desde los orígenes de la existencia de este animal.
No es una amenaza, es amor de gato
Si alguna vez te sientes protagonista de una escena similar a la descrita al principio de este artículo, no te asustes ni te enfades con tu mascota gatuna, no tiene nada contra ti, sino al contrario: te quiere, te respeta, y espera ser elogiado. Él te está agradeciendo, a su manera, que le ofrezcas un techo y alimento diario, y lo hace llevando a cabo lo que mejor se le da, la caza; y deja su ofrenda, su regalo de caza, en un lugar que huele a ti y que, por lo tanto, relaciona contigo. Una especie de trono del líder de la manada, que (aunque no tengas para nada instinto cazador) eres tú. En resumen, si tu gato te ha dejado un animal muerto en un lugar íntimo para ti, te está declarando su amor de gato, y él espera que se lo reconozcas.
Está claro que, al contrario de un gato que no vive en un hogar humano, los gatos domésticos no tienen ninguna necesidad de cazar para alimentarse, pero es algo que forma parte de su instinto cazador. Y aunque probablemente nadie se lo ha enseñado a ellos directamente, es algo que llevan dentro y que necesitan demostrar y desarrollar, y que deben transmitir a los demás miembros de su “manada”, de la que tú también formas parte.