Más de 21 millones de visualizaciones tiene una recopilación de vídeos, colgada en YouTube.
En la mayoría, vemos a un gato que come tranquilamente y, de repente, al girarse, se encuentra con un objeto insólito, que aparece misteriosamente de la nada; el susto del animal es impresionante, salta y huye horrorizado.
Nosotros sabemos que es un pepino y quién lo ha colocado, pero el gato no tiene esta información, de ahí su huida despavorida.
¿Qué haríamos los humanos si, mientras dormimos plácidamente, nos colocasen a nuestro lado una enorme vaina, como las de la película “La invasión de los ladrones de cuerpos”? Film de cine fantástico y de terror, trata de una invasión extraterrestre y del miedo a lo desconocido. Imagina el pánico que sienten los protagonistas ante esta escalofriante situación. Seguramente saldríamos escopeteados y con un susto tremendo en el cuerpo.
Pues lo mismo les pasa a los gatos cuando, bajo el pretexto de pasar un rato divertido, se les coloca una cosa extraña a su lado, mientras comen reposadamente.
Si eres una persona con sentimientos y no te hace ni pizca de gracia ver sufrir a los gatos de los susodichos vídeos, a continuación te explicamos el porqué de su pavor hacia los pepinos y otros objetos similares.
Lo que dicen los expertos
El impacto de estos videos virales ha llegado también a los expertos. Veamos algunas corrientes de opinión…
– Miedo a depredadores como las serpientes
Investigadores, como el biólogo Jerry Coine exponen la teoría del “miedo al depredador” y relacionan la reacción de los gatos hacia los pepinos con el miedo que pueden sentir cuanto se encuentran ante determinados depredadores, como las serpientes.
En este mismo sentido apunta el especialista en comportamiento animal, Jill Goldman, al relacionar el sobresalto del gato con el instinto felino y el temor al peligro ante un posible reptil.
– Miedo general a lo desconocido
Otros expertos hablan de neofobia o miedo a lo nuevo, un instinto que aún perdura en los animales, y entre ellos, los gatos. Por eso opinan que, ante situaciones extrañas, es normal que se asusten y pongan pies en polvorosa.
Especialistas en la conducta animal, como Roger Mugford, hablan de miedo genérico a lo desconocido, más que de un terror concreto hacia unos frutos.
Digamos que el problema de fondo de los gatos no es el inocente pepino en sí, sino cualquier cosa estática o en movimiento, misteriosa y que, de repente, ocupe su espacio.
Motivos por los que es malo asustar a los gatos
Recuerda que el lugar donde comen los gatos es sagrado para ellos, pues solo toman su alimento si están en una zona tranquila y apacible.
Así que, sobre las consecuencias de las bromas de dudoso gusto, toma buena nota …
– Asustar a un gato mientras come puede ser nocivo para su salud
– Las bromas pesadas traumatizan a los gatos
– Les generan un gran estrés
– Un gato traumatizado puede volverse agresivo
– Tras el susto, los gatos pierden la seguridad que tenían en el hogar
– Potencian la naturaleza temerosa y recelosa de los gatos
No olvides que los gatos necesitan tenerlo todo bajo control para sentirse seguros, por lo que cualquier cosa que se introduzca en su zona de confort y que sea desconocida, es sinónimo de peligro.
De los gatos no hay que reírse, sino reírnos con ellos
Esos videos que se han hecho virales por internet, con la pretensión de hacer reír a la gente, la verdad es que no harían tanta gracia, si se tuviera conciencia del daño que pueden acarrearles a los gatos.
Aquí el único que ríe es el humano, mientras el pobre gato, ya de por sí asustadizo, experimenta una situación extremadamente angustiosa, que puede perjudicar su salud y su bienestar mental.
Hay quien diría que no es para tanto, que al fin y al cabo un pepino es un fruto totalmente inofensivo. El problema es que el gato no lo sabe.
Y los gatos son muy curiosos, lo investigan todo igual que hacían cuando eran unos salvajes felinos.
Todo el circo que se monta con los pepinos no tiene sentido, porque existen infinidad de propuestas para divertirnos con nuestros gatos, de una forma respetuosa.
Los gatos, ya de por sí, son animales muy graciosos, que nos distraen y sorprenden siempre con su tremenda agilidad.
También nos deleitan al verlos entretenidos con un sencillo cartón o con juguetes creados especialmente para ellos, como: peluches, rascadores, pelotas, rulos, túneles, y otras propuestas, que desarrollan y ponen a prueba sus habilidades físicas y mentales.
Compartimos la idea de Jill Goldman, expresada en National Geographic, cuando dice que: “Causarle estrés a un animal no es una buena idea. Hacerlo, simplemente para reírse, me hace cuestionar la inteligencia de la humanidad”.